Esto es la hermosa aula magna de la Universidad Central de Venezuela. Muy bonita. Los colgantes del techo son obra de Calder. Sin embargo, utilizo la foto para mostar el vacío. No hay nadie. Y esa es la sensación que dan las universidades venezolanas, tanto las oficialistas UNEFA o Universidad Bolivariana; como las opositoras privadas Metropolitana, Católica Andrés Bello o Santa María. La UCV es la universidad pública por excelencia, y goza de un decadente prestigio que, a pesar de todo, no acaba de desaparecer. Ahí el signo político es menos evidente, por lo que es un espacio de enfrentamiento perfecto (además el ejército y la policía tienen prohibido el acceso, por lo que uno se enfrenta mucho más tranquilo).
Lo curioso no es eso, si no la ausencia de asistencia a las aulas por parte de la mayoría de los universitarios venezolanos. Están todos todo el tiempo manifestándose: bien a favor, bien en contra. Hacen pronunciamientos, marchas, recogidas de firmas, perfomances, happenings, discursos, sentadas, levantadas, caminatas, concentraciones... En Venezuela pareciera que últimamente los sujetos no concuerdan con sus verbos: los estudiantes no estudian, los trabajadores no trabajan, los policías roban, los ladrones reparten generosamente. (Excepto, claro, los estudiantes de ciencias políticas que están constantemente de prácticas).
Hoy salen los pescadores y acuicultures del oriente a marchar por la revolución, mañana los estudiantes de derecho de la UCV salen por su parte a protestar por la enmienda constitucional, pasado los funcionarios públicos porque es el aniversario de la revolución que el presidente decidió considerar como festivo homenaje a sí mismo dos días antes de que aconteciese para sorpresa de todos, el otro día los trabajadores de la economía informal (eufemismo que significa vendedores ambulantes) porque no se les menosprecie y se les reconozcan (y paguen) las bajas laborales, el siguiente los estudiantes oficialistas porque es un júbilo celebrar la vida del presidente, la policía porque no se sienten protegidos por las instituciones, los habitantes de los barrios porque cuando llega la policía es para robarles a ellos... Y así sucesivamente. El divertido mundo al revés en el que nadie hace lo que dice ser. Y todavía faltan semanas para el Carnaval, que es la semana siguiente del referendo para la reelección sin límites de los cargos públicos. La revolución alegre, la llaman los filósofos europeos que vienen a dar conferencias. No, si divertida es. Claro que sí. Sólo que yo me pregunto quién es el que de verdad se está riendo.
2 comentarios:
Estuve en una conferencia hace un tiempo en Casa de América de Maese Mosivais, acudí al evento animado por alguno de sus textos y conocerle personalmente. Bueno... el tema era cartografías disidentes y el tipo hablaba del DF.
Menuda milonga nos leyó, al términó del monólogo le espeté...
"cria fama y échate a dormir", que dirías tú.
Un abrazote, Fon.
E.
dios estuve en esa conferencia sentado al lado de E. y me habría dormido de no estar tan cabreado..vaya impresentable.
por cierto muy bellas las nubes del aula magna, todavía recuerdo cuando nos dimos un paseo por ellas (cortesía del copred)
un abrazo a los dos,
juan.
http://www.basurama.org/blog/2007/11/21/hoy-en-jugando-con-la-muerte-un-paseo-por-las-nubes-caracas-round-1/
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