Ir al fútbol en Caracas es (casi) como ir al béisbol en España. (Hay, sin embargo, también liga española de béisbol, para los incrédulos). Y es como un viaje al pasado, a la arqueología de lo que eran los estadios de fútbol en España en los 80 y primeros 90: bengalas, canciones insultantemente divertidas, humor negro, alcohol por doquier, fuego y hogueras, papel higiénico, aerosoles que parecen lanzallamas, consiganas políticamente incorrectas que sonrojarían a cualquier concejal socialdemócrata, y un largo etcétera.
Y luego, abajo, en el césped (en la grama, que dicen aquí) un balón y 23 hombres en calzones (contando al árbitro). Fui a ver un pertido de la Copa Libertadores: Caracas contra Lanús de Argentina. Ganó Caracas 3-1. La policía, rodeando el campo, con todo el disfraz antidisturbios y un sable en la mano. Sí, un sable. Aforo 20.000 espectadores, entrada el día del partido 8.000. La mayor entrada que se recuerda en Caracas. Al lado, el estadio de béisbol, donde los días de jonrón, se llena hasta la bandera. Cuestión de clases.
4 comentarios:
Hablando de fútbol
El gol de Guti el sábado pasado
fue cuestión de clase
Ambrosius: Sin comentarios, has captado la indirecta como buen gutista. Allá ellos, cuando deje el fútbol se darán cuenta de qué iba la vaina. El 14!!!
Buen blog. no lo conocía. Aunque debo decir que yo he visto ese estadio de fútbol con más de 15 mil fanáticos. También en un juego del Caracas.
Extraordinario, pero igual de cierto.
Saludos.
Leo: Epa, gracias por la corrección, era virgen con mis visitas al olímpico de fútbol caraqueño. Pero me pareció exigua la entrada para un partido de Copa Libertadores. A ver cuando nos vemos de nuevo en los campos de fútbol. Aúpa rayitos!
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