Hacía tiempo que no veía bailar a las lámparas al compás de la naturaleza, unos meses para ser exactos. Me preguntan si el movimiento fue vertical u horizontal. Digo que ambos. Buscamos las llaves (tardamos un rato, siempre olvido dónde las dejo) y cuando salíamos para cumplir con lo estipulado, el temblor paró. Bufamos, y regresamos a casa. La pereza que da un piso 7. Fueron 30 segundos a 6.2 escala Richter. Como dije en otra ocasión, una vez más un gran respeto por Charles Frances Richter, que se dedicó a medir este tipo de eventos. Catorce heridos leves, fue el saldo, según las autoridades. Uno de ellos al tirarse por la ventana de un segundo piso en un ataque de pánico. Sólo se rompió un brazo, narra la prensa.
En Caracas, poco antes del movimiento telúrico, empezó a llover y comenzaron un vientos huracanados. "El apocalipsis", decía luego una señora mayor, que bajó a la calle con un cojín. ¿Y el cojín?, pregunto fascinado. "Según el manual, uno debe situarse bajo el marco de una puerta con un cojín en la cabeza", me dice llena de seriedad.
Me quedo hipnotizado con la imagen: hermosa y poética manera de recibir el fin del mundo.
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3 comentarios:
Querida Cioara, ¿en qué idioma escribes? ¿hay servicio de traducción simultánea en este blog? ¿se puede opinar en catalán? tantas preguntas sin respuesta...
Fdo. Jeffren
Cómprate un buen cojín, Fon, que como bien demostró el Barça el año pasado, no hay dos sin tres!! ;-)
Esperemos que en este caso no...
Un saludo!!
p.d.: Hoy Morales, de visita en España, dijo que tenía muy buenas relaciones con la República de España. Me encantó!
Màrius
Cioara: Tú di que sí, puedes hablar en la lengua que te venga en gana.
Jeffren: Aquí se puede escribir en catalán y en bable. También opinar. Sigue preguntando, que siempre hay respuestas.
Màrius: Este año es blanco, papá. Conexión Guti-Kaká, y más nada. Grande Morales, con su sutileza andina. Un abrazote.
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