Ésta me la contaron el otro día. Lo que se ve en la foto es la fachada frontal del Palacio de Miraflores en Caracas. Días atrás, una colega andaba en taxi en las proximidades del edificio, sede de la presidencia venezolana. Está en pleno centro de la capital. Pues bien, llegaban en taxi cuando ven a varios policías y militares detener el tráfico para que pase la comitiva presidencial: toda de negro, vidrio incluidos. Pero la acción no está ahí, eso sólo es el paisaje de fondo. Resulta que aprovechando la parada obligatoria, irrumpen por entre los carros detenidos una motocicleta con dos pasajeros. El de atrás toca la ventanilla del primero de los carros parados con la culata de la pistola, y empieza a desvalijar al carro, al conductor y a su copiloto. Al fondo, la comitiva presidencial, de verde oliva, se introduce en el palacio. Los motorizados acaban con el primer carro, y pasan al segundo en su peculiar recolecta. Mi colega estaba en la cuarta fila, y el taxista sólo decía: "que no llegue acá, que no llegue acá". En efecto, no llegó. El convoy presidencial entró raudo y veloz. En cuanto se cerraron las puertas, el tráfico se reestableció.
Y la calma volvió a reinar en el centro de Caracas. Lo cual, claro está, no es más que un decir.
(PD - Me voy durante una semana a la frontera venezolano-brasileña. Os cuento. El pueblo al que queremos (y esperamos) llegar se llama El Paují. Veremos a ver).
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2 comentarios:
que pais!!!
a ver hasta donde llegais??jeje
pasarlo bien y cuidadin!
A.
Me da curiosidad esta visita. ¿Qué has visto por allí?
abrazotes.
E.
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