lunes, 25 de mayo de 2009

El peinado socialista


Resulta que una entidad financiera de renombre internacional revende su filial bancaria al gobierno de un país que se autoproclama socialista, como si el socialismo fuese un peinado o una tribu juvenil. Lo revende, porque lo compró en subasta a un gobierno anterior, por más de 800 millones de dólares más que la compra que realizó una década atrás. Ambas partes declaran que las negociaciones fueron "cordiales" y se muestran "satisfechos" con la conclusión.

El Gobierno se queda con el tercer banco del país. El banco consigue no sólo que le paguen en efectivo (tres cuotas: julio, octubre y diciembre), y no en bonos como había amenazado el presidente del país en una de sus alocuciones televisivas; si no que, además, obtiene el visto bueno de ese mismo gobierno para repatriar beneficios en divisas con cargo al sistema de control cambiario existente en el país de peinado socialista (algo por lo que cada año pelean todas las empresas extranjeras presentes en el país, no siempre con suerte). Es decir, sacar los dividendos del 2008 al tipo de cambio oficial (se consiguen así euros casi tres veces más baratos que en el mercado paralelo).

A algunos peluqueros socialistas, al escuchar la jugada, se les erizarán los pelos del cogote. También deberían saber aquellos que peinan el liberalismo de mercado, que el banco en cuestión obtuvo el año pasado en el país de peinado socialista un 77 por ciento más de beneficios que en el año anterior. Su gran competidor, otro banco de capital español de peinado parecido, consiguió unos porcentajes similares. Ninguno de los bancos antes mencionados han obtenido un crecimiento semejante en ninguno de los otros países del continente americano en el que también están presentes (de hecho, en alguno de ellos se han estacando debido a la crisis internacional).

O sea que el país de peinado socialista parece un lucrativo negocio para las malvadas entidades financieras de peinado liberal. O lo que es lo mismo: cuando sea mayor, y peine canas liberales quiero tener como socio de negocios un gobierno con un peinado así de socialista. Ya saben, cuestión de peinados. Yo, como todavía tengo flequillo, lo utilizo como cortina (de pelo) y esbozo una tímida sonrisa en la que, si pudieran verla, la incredulidad se confundiría con el sarcasmo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Fon,
Timepo sin leerte. ¿Cómo va todo por el blog?
Beso,
E.

Anónimo dijo...

Yes fino Fono, fino y punzante.

Habrá que mover la cadera por Xixón una noche polomenos, no?

Asturies te espera.
Abrazos
Juano

Anónimo dijo...

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