lunes, 15 de diciembre de 2008

Cumpleaños

Aguardando la clase de historia revolucionaria latinoamericana, en el Palacio Presidencial de Miraflores, un grupo de periodistas nos arrodillábamos para consultar internet. Los dispositivos inalámbricos brincaban en busca de conexión por los aires. "¿Cómo van? A ceros, pana". Todo estaba dispuesto para la aparición de los presidentes caribeños. Faltaba, claro, el retraso protocolario por estos lares. Y faltaban sillas. Gran parte de la delegación cubana contemplaba de pie cómo la mayor parte de los invitados gozaban de la espera con las posaderas en mullidas sillas de terciopelo. "¿Cómo van? Siguen a ceros". La gente de protocolo comenzó a traer café en vasitos blancos de plástico (como los que en los hospitales acompañan las salvadoras pastillitas de colores). Señal inequívoca de retraso, y paciencia. Y sillas. Pero las sillas las traían una a una, temerosos quizá de dejar alguna sin dueño. La sala estaba abarrotada. Los servicios de seguridad cubanos, los servicios de seguridad venezolanos (compuesto también por cubanos), protocolo de ambas delegaciones, ministros, viceministros, subministros, directores y subdirectores, camarógrafos, periodistas, los músicos de la banda militar que interpretarían ambos himnos con sus respectivos instrumentos: trombón, clarinetes, timbales, trompetas. "Horror vacui". "¿Cómo van? Paró un penalty el huevón de Casillas. ¡No jodas!. Déjame ver. No se puede ver, la conexión falla. Sólo leer. Minuto 70 ". Aparece el encargado de prensa para explicar que se va a realizar un sorteo para el turno de preguntas pero que, en principio, no habrá preguntas. Un sorteo para unas preguntas que no se van a poder hacer. Sorteamos, y no gano, claro. No gana nadie, porque no hay preguntas. Ya bajan los cancilleres, ya bajan los presidentes. "Goooooool, sí, gooool. ¡¡¡¡De Eto´o!!!!" Corriendo para atrás, a leer la narración. Comienzan los himnos, y Chávez le pone la mayor condecoración de la república venezolana a su homólogo cubano, Raúl Castro. La cruz de Simón Bolívar. Y luego le entrega una réplica de la espada del Libertador. Castro regala a Chávez una foto del verano de 1958. En ella se le ve, a Castro, mirando una bandera venezolana escondido en una casa de campesinos en el oriente cubano, con la revolución cubana ya en el horizonte. Se abrazan, se saludan (militarmente), se besan. Se despiden. Entre los cables, los trípodes, las grabadoras y los trombones de varas, confirman el segundo gol, de Messi. ¡Mierda! miro el reloj. Acabo de cumplir 30 años.

5 comentarios:

Ambrosius de Königsberg dijo...

Felicidades, fon
Yo vi el partido en un pequenyo pueblo junto al desieroto en Marruecos. Es duro perder, pero peor aun hacerlo rodeaodo de moros cules y tomando un te de mierda porque Ala, gran huevon, prohibe la cerveza.

Anónimo dijo...

felicidades!!!!!!!!!
Qué cumplas muchos más, FON!!

A mi me toca en breve. No se por qué pensaba que cumplías el 20 de dicembre!
Un beso.
E.

Anónimo dijo...

el rober
bueno espero que este año no me digas que ganamos la liga...............un abrazo

Anónimo dijo...

alfons felicidades de nuevo!
como lo acabaste de celebrar...
E, el 20 es el cumple de jaime!
besitos
A.

Carlicomico dijo...

Coño Alfonso!! Felicidades con retraso, por el cumpleaños y por el artículo, que es genial.
No será que no traían tantas sillas para dejar a unos cuantos, fieles o infieles, arrodillados, como rindiendoles pleitesía?