En el sudoeste de Caracas, en la parroquia Caricuao, está el Parque Zoológico. En Caracas hay tres zoos. Este, sin embargo, es el más grande. Se le pueden reprochar muchas cosas, pero nunca que los animales no tengan espacio. De hecho, es el zoo con mayor espacio de los que he conocido. A mí, que me encantan los zoos. Y si tiene tanto espacio es porque apenas hay animales. Está el lugar, el foso, las jaulas... pero no hay animales. Excepto los monos, que están por todo el parque tratando de robar la comida a los visitantes. Y viceversa. Hay también un montón de perros, pero fuimos incapaces de dilucidar de qué lado de las fosas procedían. Si ya estaban allí, o se escaparon.Tres ausencias flagrantes y una altiva presencia.
Ausencias:
- "La jirafa ya no está con nosotros. Se resbaló y, desgraciadamente, falleció. Una lástima".
- "Sólo nos queda la elefanta Ruperta. Su compañera, Margarita, nos dejó hace dos años. Comenzó a sentir un malestar. Los cuidadores del zoo se acercaron para tratar la causa del malestar. Sin embargo, y lamentándolo mucho, Margarita se asustó, tuvo un paro cardíaco y murió".
- "El hipopótamo está guardado por los momentos".
(Estas tres declaraciones recogidas al vuelo ante el breve cuestionario periodístico fueron realizadas sin el menor atisbo de ironía por uno de los funcionarios públicos. Fue asombroso. No nos quedó más remedio que salir del zoo con el pelo teñido color perplejidad. Aún me nubla la mirada cuando me mojo el pelo).
Presencia:
- En la zona dedicada a las dantas o tapires, una gallina cacareaba con aires de superioridad. Las dantas o tapires, dormitaban al fondo. La gallina nos miró. Mantuvimos la mirada. No lo puedo probar, pero juraría que en su boba mirada inerte, percibí una extraña sonrisa displicente.
El zoo de Caracas, en Caricuao, al final de la línea 1 de metro, es uno de los lugares más fascinantes y maravillosos de la capital venezolana. Lo juro. A Lewis Carroll no se le hubiese ocurrido un lugar así. Ni siquiera a Syd Barrett. Estoy convencido.