miércoles, 17 de diciembre de 2008

Teoría y práctica del atasco caraqueño

Teoría:
Las colas de tráfico en Caracas son su estado natural. El automóvil pasa la mayor parte del tiempo en punto muerto. En inmovilidad perpetua. No obstante, lo importante, lo fascinante es comprender cómo funcionan los atascos en Caracas. Porque son comprensibles, y su funcionamiento puede ser descrito y formulado con cierta precisión. En primer lugar, los factores estructurales: una gasolina extremadamente barata (menos de un dólar llenar el depósito), la última vez que se pensó en la planificación vial fue en 1960 (sin volver a pensar en ella), una cantidad de carros abusiva (las familias tienen varios carros: el de la madre, el del padre, el de la niña, el del niño), la longeva vida útil de los carros (el mío me saca cinco años de edad).

En segundo lugar, la cultura vial de los venezolanos. Las autopistas tienen dos carriles por sentido, más el llamado hombrillo (arcén). El hombrillo tiene una razón de ser bien sencilla: si alguno de los carros tienen algún problema puede hacerse a un lado sin afectar a la fluidez de la circulación. Eso dice, al menos, su enunciado. ¡Error! En Venezuela el hombrillo es el carril de aceleración. Si está ahí, es para utilizarlo. Y rápido. Todo el mundo adelanta por la derecha, por el hombrillo, con el pie del acelerador pisando el suelo. Claro, cuando alguien se echa a un lado por algún problema, y todo el mundo suelo tener problemas con el carro en Venezuela, aparece un fenómeno que al venezolano de a pie le parece igual de impredecible e inevitable que la lluvia o la niebla: el embudo. Todo dios se lanza a la izquierda para evitar el obstáculo. Se lanza, literalmente. Y se produce una especie de tetris automovilístico. Que, obviamente, siempre acaba en atasco. Ante la perspectiva del atasco (hay varios programas radiales dedicados a cubrir la información vial desde helicópteros), los conductores optan por los llamados "caminos verdes". Vías alternativas. Desgraciadamente, estas vías no son ningún secreto. De modo que se colapsan con rapidez. A esto hay que añadir que no se tiene ningún empacho en regresar marcha atrás desde el acceso de la autopista, para salirse del atasco que se avizora metros más adelante. De modo que, en la via de incorporación, se ven carros en retroceso por los carriles frontales, asustados ante la visión del monumental atasco. Lo que retrasa, asusta y atasca aún más.

Práctica:
Me comentaba una amiga caraqueña, mientras conducía, que me había "venezolanizado demasiado" al volante. Y me lo recriminaba. Para nada, le dije, me he "mimetizado" con el entorno. Y mientras se lo decía, lanzaba el volkswagen contra dos 4por4 en una intersección: como en el oeste, ganó el que menos tenía que perder, y el más rápido en desenvainar. Yo, y mi pobre volkswagen. Y me reí en alto como hacen los villanos de las películas de acción.

(Y así sucesivamente)

7 comentarios:

Anónimo dijo...

jo, jo ,jo!!
Recuerdo los días en el Twingo amarillito adeco, aunque nunca lo usé como picadero, pareciera que quizás tu si. Mmm!... atrevido!

También recuerdo tu cara cuando viajaste la primera vez en el de camino a los Llanos con una de esas camisas oníricas que tanto te gusta promocionar. Entre las polarcitas, las bellas mujeres que te tentaban en el asiento de atras, los continuos cambios de conductor, un sin fin de paradas, las multas variadas que nunca llegaron y el excesivo calor que nos acompañaba...
Besos.
E.

Anónimo dijo...

y todo esto me lleva a pensar que cuando algún día de estos vuelvas a España, si algún día compartimos "carro", me va usted a permitir que maneje yo... lo tuyo al volante hace tiempo ya que da entre susto y miedo...

abrazo.

Javi

Anónimo dijo...

si alfons, es que te has venezonalizado demasiado al volante!!cd vuelvas a España te van a quitar todos los puntos de una...

Me acuerdo de ese viaje a los llanos, fue una autentica tortura, entre el calor y los conductores!!

en favor tuyo diremos, q en Vnzla se conduce asi, xq E, tu eras igual o peor!!

besitos y cuidate

A.

Ambrosius de Königsberg dijo...

Con risa de villano manejando un carro
... te imagino como un orson welles caribeño en Sed de Mal

Anónimo dijo...

jajajaja, muy buena entrada fonete.
Miedo me da verte conducir por madrid ;)


jorgin

Carlicomico dijo...

Excelente metáfora la del tetris, igual que la foto que has colgado, Fons.
Añadir la cuestión del lenguaje propio, que con el croche a menudo se deja el carro en neutro, más que en punto muerto. Ese neutro es como alzar la bandera blanca y rendirse, después de llegar con la directa (aquí la mayoría de autos son automáticos)al atasco. Pero normalmente, ante cualquier obstaculo se inicia la dispersión en pequeños movimientos, como en el tetris, siempre continuos e imparables. Yo digo que fue el venezolano el que inventó el cuarto carril. Y el quinto y el sexto y el séptimo: Las vías se aprovechan al máximo, y en todos los sentidos, y donde no hay camino se hace: ancha es castilla. Más sudor y polvo he visto yo levantar en las medianas que separan los carriles de la autopista de oriente que en la meseta castellana del Cid y los poemas de Machado. Los rústicos abren la vereda y al rato se meten los carritos de cualquier tamaño y condición. Otra costumbre asentada es la de evitar el atascado carril derecho en una carretera de doble via y sentido (un carril por sentido)adelantando por la izquierda hasta que viene un carro de frente. Entonces la hilera de atrevidos que se formó tiene que volver a incorporarse en el colapsado carril derecho, colapsando el izquierdo. He visto a la policia, vencida por esta tendencia, cortando el tráfico en un sentido durante un tiempo y animando a usar los dos carriles en el mismo sentido. En los cruces no siempre gana quien tiene menos que perder o antes desenvaina. A menudo llega un carrito pequeño antes, pero si le llega una camioneta, se para y espera a que esta pase antes. Por último, redoma no es la traducción de rotonda. Ambas tienen funcionamientos completamente diferentes.
Yo me sorprendía al circular con E. en el mítico twingo amarillo, pero ahora me doy cuenta que lo natural es experimentar la mímesis que todos hemos sufrido, sin importar el tamaño del carro.

También quizás haya otro aspecto consustancial que merezca incluir en la teoría de las trancas y es la complaciente resignación y buena disposición del venezolano a hacer cola (a veces pienso que quizás sea por prudencia que se unen a la cola más extensa). Más de una venezolana me ha dicho que manejo de forma extraña, como si me molestara tener carros delante y quisiera quitarmelos todos de encima.
En Caracas el tránsito no tiene ni orden ni concierto, salvo el de cornetas tocando al unísono.

fon dijo...

E: Una de las bellas señoritas de la parte de atrás del Twingo era tu novia, jejejeje... Recuerda la mítica canción de Los Inhumanos sobre el Simca 1000... Grandioso viaje a los Llanos, sí, señor. Todavía me río al recordarlo.

Javi: Tú ya viajaste por las calles de Caracas a lomos del volkswagen, y no te fue mal...

A: Me habían quitado tres, pero espero que a mi regreso los haya recuperado...

Ambrosius: Me ha dejado fascinado tu odea al chófer. Orson, bien; pero mi fútbol semanal venezolano está torneando mi ya de por sí esbelta figura...

Jorgin: Ganas tengo yo de verte por aquí. Que aquello lo conocemos ambos...

Carlicómico: Te veo escueto, bribón. Andas ya por las españas? La comida pendiente?