lunes, 18 de enero de 2010

Se abrió (definitivamente) el juego

No es un error que en la fotografía no aparezcan bolívares, sean fuertas o débiles. El bolívar es lo de menos. La reciente devaluación del bolívar decretada por el presidente venezolano, Hugo Chávez, recibió como respuesta el unánime aplauso del Fondo Monetario Internacional (FMI). Que es como si el Joker se dedica a aplaudir los denodados esfuerzos de Batman en Gotham City. La devaluación tiene su lógica, sobre todo en el mundo capitalista. Especialmente, si es para fomentar las exportaciones. Venezuela, sin embargo, no es ni capitalista ni tiene un sector exportador importante. Dos de las muchas paradojas del caso. Y es que Venezuela, a parte de petróleo, no exporta nada. Nada de nada. Y el petróleo se paga en divisa, en dólares. Pese a quien pese.

Por tanto, lo que realmente quiere hacer el gobierno revolucionario es atacar el mercado paralelo de divisas. Quiere controlar el precio y el acceso a estas divisas paralelas. El mercado paralelo es una especie de limbo en el que las monedas flotan y suben y bajan y vuelven a subir y a bajar. Todos los días, todas las horas. Con la nueva polítiva económica, aplaudida por el FMI y todas esas calificadoras de riesgo tan malvadas, se establecen tres tipos de cambio:

- Cambio VIP - 2,60 bolívares fuertes por dólar. Sólo tendrán acceso a ellos, el dólar más barato del mercado mundial, el gobierno en los rubros básicos de alimentación y medicamentos.
- Cambio "petrolero" - 4,30 bolívares por dólar. O así lo denominó, al menos, el presidente. Establecido para el resto de los rubros, que son considerados de lujo.
-Cambio paralelo - Un cambio fluctuante entre 4,30 y 6,50, que oscila en función de: la demanda de los venezolanos, si llueve o hace sol, si ganó Leones de Caracas o Navegantes de Magallanes, si me acabo de casar o de divorciar, si me duele la barriga o me acabo de cortar el pelo, y así sucesivamente. Todas ellas, es importante subrayarlo, variables de igual importancia.

O lo que es lo mismo: un precio para los colegas, otro precio para los burgueses y un tercero para los huevones. Colegas, burgueses y huevones ya están haciendo cálculos. Porque la gente es, a la vez, colega, burgués y huevona dependiendo de las circunstancias. Por eso esta es una revolución tan peculiar, tan divertidad, tan bonita.

Lo que nos lleva a dar esa respuesta que tanto gusta a los economistas tras sus sesudas reflexiones. ¿Es positivo o negativo la reciente devaluación del dólar, en un 30 por ciento en el caso del dólar oficial y un 100 por cien en el caso del dólar petrolero? DEPENDE.

De lo que está por pasar, algo hay seguro:
1) Inflación. Me contaba un amigo con más de tres décadas en Venezuela. Esto ya lo hemos visto. Ahora todo el mundo aplicará una subida del 130/140 por ciento. Para cubrirse las espaldas, no vaya a ser que se queden con el culo al aire. Economía emocional, tú tensa la cuerda hasta que veas que ya no da más de sí.
2) Banquete de divisas. ¿Cuál es el negocio que florecerá ahora en Venezuela, incluso más que antes? El juego de compra-venta de divisas, que es muy lucrativo, muy hermoso y muy ligero. ¿Cuánto pesa un billete de cien dólares? Mucho menos que una bolsa de arroz, un automóvil o un frigorífico.

Como en los casinos, el gobierno ha gritado: ¡Se abre el juego, señores! ¡Hagan sus apuestas! Comienza el carrusel...

4 comentarios:

juan dijo...

maravilloso..

nos vemos cuando tu quieras mi amol
si pasas por madrid para celebrar algo en la cibeles y sino ya me inventaré algo para caer en venezuela que hace mucho que tenemos un partido de futbito pendiente.

un abrazo.

fon dijo...

Juan: La vida puede ser maravillosa, decían por ahí.

El martes volví a mis pachangas futboleras caribeñas. Se te espera. Anduve por Madrid, pero tan breve tiempo que a pesar de acordarme de usted y de la basura, no tuve tiempo de marcar tu número en el celular. Abrazos!

nacho dijo...

oye yo invierto en divisas de las tuyas, lo jodido es luego sacrlo no?

David dijo...

brillante!