miércoles, 10 de marzo de 2010

¡Ay, la ciudad!

¡Ay, la ciudad! ¡Qué divino el regreso a Caracas! Uno agarra la prensa y encuentra notas como ésta, en el Últimas Noticias, mi periódico favorito:

"Dos funcionarios policiales presos por secuestrar a una joven en un ciber café"; el titular no deja de tener nada especial, por lo habitual y lo manido del tema. El grueso, no obstante, está en los párrafos inferiores.

El viernes en la noche los sujetos montaron a la víctima en el metro rumbo a Los Teques, se bajaron en la estación Alí Primera. Los secuestradores llamaron la atención del vigilante porque llevaban a la mujer disimuladamente a punta de pistola hacia la parada de autobuses de la Ruta Popular, mejor conocida como los rojo-rojitos; abordaron el vehículo, que minutos más tarde fue interceptado por miembros de la de Brigada Motorizada.
La muchacha, al ver la comisión policial, comenzó a gritar "me están secuestrando" y de inmediato actuaron. Fue tan rápida su acción que los secuestradores no tuvieron chance de reaccionar.
Los hombres, que cometieron su fechoría con sus armas de reglamento, estaban obligando a la mujer a que los llevara a su casa, ubicada en San Antonio de los Altos.
Trascendió que los delincuentes tenían pensado pedir a los familiares de la secuestrada 25 mil bolívares fuertes (2.500 euros), dinero con el cual comprarían unas armas de fuego.

¿A quién se le ocurre llevar secuestrada a punta de pistola a una joven en el metro y luego esperar una buseta para continuar con el traslado? ¿No tienen carro propio? A dos jóvenes funcionarios caraqueños, hermanos. El uno militar, el otro policía.

Imaginen la poderosa y sorprendente imagen. Te subes al metro. Y en la siguiente parada, un par de tipos, uniformados, entran apuntando con una pistola a una joven: "Disculpen, disculpen... Permiso, ahh, ¿sí?, lo siento, cómo no, pasen..." Y vuelves la mirada a la novela negra cubana que estás leyendo...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

surrealista!!!
pero en caracas todo es posible...
besitos
A.

Anónimo dijo...

¡La ciudad!,¡la ciudad!,teatro de la indiferencia es.

Besos con aromas de navieras ancladas en Sevilla y con destino incierto.

E.

PD. Pronto nos vemos en Caracas, te mando fechas la semana que viene