domingo, 25 de abril de 2010

La inflación implacable


Ante la inflación uno puede hacer varias cosas, entre ellas reírse, pero sobre todo lo que uno no le queda más remedio que hacer es pagar. Tres imágenes sobre la inflación que es algo tan característico en Venezuela como el petróleo más barato que el agua, las noticias sobre homicidios por un par de zapatos y las arepas de huevos de codorniz con salsa rosa.

- Mi cara cuando el frutero de debajo de casa me da un kilo de tomates. Le doy un billete de 20 bolívares (2,2 euros). Y me quedo esperando el cambio. El tipo se va con sus colegas al fondo del camión, indiferente a mi presencia. Sigo esperando, apoyado a una montaña de cajas de melones y yuca. El tipo mantiene su actitud, y pasa a mi lado sin ni siquiera mirarme. Pasa un minuto lleno de interrogantes. Cambio el peso de una pierna a otra (no recuerdo si de la derecha a la izquierda o al revés). Al cabo de otro minuto, se me acerca y me dice con sigilo: Chamo, no te voy a dar cambio, son 20 bolos. Suspiro y me voy con los tomates, hace un par de semanas me habían costado 15 bolívares. Suspirar, ya lo he dicho, es bueno.

- Conversación con economista peruano tras jugar un partido de fútbol. ¿Sabes de lo que hablábamos el otro día en Banco Central de Venezuela?, me decía. De la inflación. Claro, la gente tiende a pensar que lo que sucede inmediatamente después de una devaluación como la ocurrida aquí es que los precios se disparan. Pero todo es un poco más complejo. Los agentes económicos han reaccionado de otra forma, más inteligente. Yo como a menudo en restaurantes, y me he fijado que los precios se han mantenido, más o menos, estables desde la devaluación decretada en enero. Sin embargo, las raciones tienen una peculiaridad: son más pequeñas, notablemente más pequeñas. Ahí está también la inflación. Fíjate la próxima vez que comas en un restaurante. Suspiro, hoy que acabo de cenar en un restaurante y no me he terminado, por poco, el plato.

- Datos oficiales. Tasa de inflación acumulada en el primer trimestre en Venezuela fue de 5,8 por ciento, esto cuando la economía venezolana muestra una recesión anual de entorno a 2 puntos. Se pronostica una inflación a final de año superior al 30 por ciento. Los precios suben y la economía se contrae. La ironía de las matemáticas en revolución. Y aquí no suspiro.

3 comentarios:

juan dijo...

Eres infinito...
No se como he podido estar tanto tiempo sin pasarme por aquí.
Mientras, la liga se hace un nudo y los celtics dan coletazos.
¿Dónde verás este año la final?
Si pasas por aquí grita.
¡Un abrazo señor!

tutuytu dijo...

Contra el abuso de poder, periodismo:
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/abuso/poder/periodismo/elpepusoc/20100504elpepusoc_13/Tes

¿y tu cómo lo ves mi pana?

fon dijo...

Juan tutuytu: Soy finito, pero aún no sé donde acabo. La final la veré en Caracas. Madrí está lejos.

Respecto al artículo, me parece de un cinismo desolador que desde el GRUPO PRISA tengan la desfachatez de titular como lo hacen. Los periódicos lo único que hacen es poner orden en la realidad. Son calendarios que cuentan historias sobre la realidad. Salen todos los días y cada día son distintos. Para que no nos confundamos.

Que no es poco, ojo. La verdad es otra cosa.