viernes, 25 de julio de 2008

Economía rosa

Algo ocurre en una economía que cuenta con más de un 30 por ciento de inflación. Al rojo vivo están los motores de la revolución bolivariana, consumiendo dólares con la voracidad de una locomotora de carbón. Rumbo al socialismo, dicen, pero uno sólo ve paradas con forma de centros comerciales donde se bajan los pasajeros. El tipo fijo del control de cambio, los controles de precios, la impresión continua de papel moneda... Son muchos vagones de los que hay que tirar: sin embargo, hay dólares para eso y para más. Venezuela es una máquina de devorar dólares, a 120 dólares el barril.
Uno pedalea como un poseso, y la bicicleta, apenas avanza. Los bolívares, ahora fuertes, se escurren por las costuras de los bolsillos. En la licorería, en el supermercado, en la buseta... incluso sentado en la playa, en silencio, los bolívares (fuertes) se evaporan. Y el mismo pescado de meses atrás, coronado por el mismo banano frito, aparece rodeado de brillantes cuando llega la cuenta. Todo ha subido de precio, pero uno sigue con la misma altura financiera. Es fácil explicar la economía, lo complicado es vivirla. La inflación es una novela rosa en la que se escenifica un amor no correspondido entre el monedero y las papilas gustativas. La única diferencia es que, al contrario que en las novelas rosas, los novios acaban tirándose los trastos a la cabeza. Y uno acaba mordiendo el monedero como si fuese una arepa. Con el consiguiente dolor de tripa.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"Es fácil explicar la economía, lo complicado es vivirla.".

Esta frase lapidaria me recuerda a R.Loriga, un tipo prometedor de la época que leíamos a gilipollas, que ha acabado escribiendo para MARCA en una columna titulada: ZONA VIP. Un abrazote para tí.
E.

Anónimo dijo...

en vez de economia rosa, seria economia roja rojita..

vivirla eneas, es muy facil!sobre todo muy beneficiante

A.