martes, 1 de julio de 2008

Nueve milímetros

El motorizado del trabajo, un tipo orondo y que sólo habla para contar un chiste o una tragedia (que viene a ser lo mismo), me saluda con un cafecito y una elegante alzada del mentón. Mientras departimos en silencio, me muestra una cadenita que lleva colgada al cuello. "Mira, amigo Alfonso, el regalito que me hicieron el otro día, en Catia. Una bala de nueve milímetros, que me cayó llovida al hombro. Si me cae en la cabeza me la parte en dos. No lo cuento. Estaba tomando una cervecita con un pana, tras la cena, cuando noto el quemazón en el hombro. Me dejó tonto todo el brazo, como muñeco roto llegué a la clínica. No escuchamos nada, ni disparo ni nada. Y porque cayó en músculo y yo soy prieto. Una bala loca que rompió el techo". Y se santigua, mientras apura a pequeños sorbos el guayoyo. Luego me baja en moticicleta hasta el metro de Plaza Venezuela. Una Vespa mil veces remendada, color verde botella y que parece de juguete bajo su inmensa figura redonda. Buen piloto, y mejor narrador. Lleva colgada al cuello la bala de 9 milímetros que le sacaron, junto a la Virgen de Coromoto, para que le proteja. "Feo, muy feo", musita mientras se cala el casco.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Soy Uri.
Me alegra que hayas podido volver a Venezuela!!! Que todo te vaya bien y cuida de mi carrito!!
Un abrazo desde Barcelona

Anónimo dijo...

Aló Presidente!

Imagino que entre zumos de parchita, balas perdidas y chamanes revolucionarios tu rutina caribeña vuelve a tener un calor especial. Estaba claro que vivir al fresco del Cantábrico tenía los días contados...

Me alegra volver a leerte y a disfrutar de nuevos jonrones literarios. Sé de sobra que de estar de vuelta por Caracas, de eso ya te encargas tú de celebrarlo.

Hasta que nos volvamos a ver los rizos, ya sea en aquí en Bangkok este año o en Caracas el que viene (sabes que de ésta vez no pasa), te leeré de lejos aunque como siempre te seguiré de cerca.

Hasta la vista!

fon dijo...

Uri: Duermo en tu litera, a la espera de reemplazamiento... El carrito se portará... Un abrazo.

David: Eso, eso, conexión Caracas-Bangkok, ayer miré por curiosidad. El precio del boleto es estratosférico, casi más caro que el turismo espacial...