miércoles, 10 de octubre de 2007

Argentina


Buenos Aires, a la mañana. Lo primero son los kioscos. El rostro impreso de la ciudad. Diez días viajando por Argentina. Buenos Aires es Europa, me dijeron en el aeropuerto. Es más que eso, es una revista de moda europea. Los atuendos, los gestos, el maquillaje. Es sorprendente eso de viajar al sur para ir a Europa, y lo es más viajar al sur para encontrar frío. El hemisferio sur, lo llaman. Y es cierto, el remolino de los váteres en vez de ser de derecha a izquierda, es a la inversa: izquierda a derecha. Cosas del otro lado del ecuador. Pero Buenos Aires, y Argentina, funcionan. El tráfico es ordenado, los autobuses emiten un pitido similar al que oculta los (fuck) en las teleseries norteamericanas para indicar al conductor que ha sobrepasado la velocidad máxima (90 kilómetros por hora), y en las noticias hablan de violencia callejera por tirar piedras a los autobuses....

¿Tiene sentido compararla a Venezuela, país que compra la deuda argentina que nadie quiere a precios de abuelo con su nieto y que ofrece que se lo paguen en vacas preñadas? En los próximos días me dedicaré a ello.

4 comentarios:

Sergio dijo...

Ya, pero si rascas debajo ves que Argentina no es Europa, es europeísmo, que no es lo mismo.

Anónimo dijo...

Fon, fascinado por la naturaleza y por el efecto coriolis. sorprendente, amigo. chaqui

fon dijo...

Sergio: efectivamente, ahí quería llegar yo. Fascinación patológica por Europa y amnesia geográfica que les hace pensar que viven pegados a Bélgica.

Chaqui: Explicáte, che! Que no entiendo el efecto coriolis...

Anónimo dijo...

AYYY, que mono diciendo CHE!!