martes, 16 de octubre de 2007

Pura literatura

Buenos Aires es un género literario. Y uno lo vive tal cual, esquivando las letras, los signos de puntuación y las esculturas (de Borges, de Cortázar, de Arlt), mientras camina por las hermosas calles de Palermo, San Telmo o Caballito. No he visto en ningún lugar que sufra una crisis económica como la argentina, tal cantidad de librerías. En Buenos Aires y en Córdoba. En la semana que anduve holgazaneando con curiosidad por la Argentina, se discutía el problema de los altos precios de los tomates. Un kilo de tomates: 15 pesos/ casi 4 euros. Me compré varios libros en Argentina por ese precio. El que más me asombró: "El invencible", del polaco Stanislaw Lem. Una elegante muestra de ciencia ficción de carácter filosófico. Soles magentas, atardeceres verduzcos, estrellas rojas y montañas oblongas. Y, de repente, en un paseo por Córdoba, me encuentro con la sede del Partido Intransigente. Tal cual: Partido Intransigente. ¡Coño! ¡Cómo se puede ser el Partido Intransigente (PI). Si la política es el arte de las concesiones y las negociaciones, qué lugar ocupa el PI. Me gustaba el planteamiento. Entro en la sede, acompañado por una encantadora amiga argentina de filiación zurda. Asombrado, veo una gran bandera argentina y una foto del Ché. A continuación, un affiche en el que solicitan el voto para Cristina Fernández de Kirchner. "Para profundizar con el cambio". Ah, pensé que era cierto, así también soy yo intransigente.

Pd1) Ayer, en Caracas, charlando con un amigo periodista brasileño, le explico mi sorpresa ante la cantidad de librerías vistas en Argentina. Y me responde, socarrón: "No es que haya muchas allá, es que tu fuiste desde Caracas..."
Pd2) El otro día, también en Caracas, un compañero de trabajo me narra los saqueos del Caracazo de 1989, que acabó con miles de muertos (cifra aproximada, claro), y que tuvo a la ciudad fuera de control durante cuatro días. "¿Sabes cuáles fueron las únicas tiendas que no sufrieron saqueos?", me pregunta. "¡?!", digo. "Las librerías, chamo, las librerías. Los comercios más seguros.", y se ríe.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Última adquisición en la feria del libro usado de la Castellana, la madre de todas las ferias, por época, precio y género: "Viajes con mi tía", de Graham Greene. Uno de los grandes.Desconozco si tiene estatua
Terible dilema: si sólo tuviera 4 euros me sería imposible elegir entre un kilo de tomates y un kilo de libros. Aunque fueran de Graham Greene

Emiliuken

fon dijo...

Emiliuken: Qué grande, GG!! Tiene unas historias en compañía de un cura gallego de lo más interesantes por la Galicia profunda a mediados del siglo pasado.
Solución al dilema: los tomates, siempre los tomates...

Sergio dijo...

Pues en Madrid no es que haya muchas librerías que digamos....

LA MARAVILLOSA GENERACIÓN DEL 74 dijo...

El hambre de cultura no es precisamente el hambre que movilice a los venezolanos, no! Incluso antes que el hambre está la sed. No habrá dinero para un libro, pero sí para un Chivas Regal 18 años.

Saludos!