A primera hora de la mañana, mientras tomaba un jugo de guayaba y una empanada de jamón y queso, un venezolano hurgaba en los cubos de basura del bar. Iba despacio. Poco a poco, rescataba los restos de los desayunos. Bebía malta (aquí es un refresco muy popular) de las botellas a medio acabar. Llevaba un brazo precariamente escayolado. Nadie se inmutó en el bar. Él se dedicaba a buscar algo que echarse a la boca, sin atender a nadie, a nada, más que a la comida que pudiese encontrar. Comió algo, poco, y se fue. Todo esto en Chacao, a 100 metros de la parada de metro Parque del Este. Al lado de donde ondean las banderas de la foto.
La escena me dejó perplejo por la naturalidad de la invisibilidad humana, por la voluntad de no ver.
El titular de hoy en el "Últimas noticias", comentando el carnaval: "Power Rangers y princesas fueron los trajes más vistos". De ahí, a la revolución, hay más de un paso. Digo yo. Y eso que Chávez ha convertido su programa semanal ¡Aló Presidente!, en diario de lunes a viernes...
4 comentarios:
Y qué cuenta, todos los días? Qué bien la pluralidad informativa, eh! Así da gusto...
Que digo yo que teniendo a Sánchez Dragó todas las noches en Telemadriz ...quien necesita un Chavez
Le conmino a escribir un post sobre el patrioterismo de los venezolanos.
sergio: todavía no me siento capaz para enfrentarme al patrioterismo, pero algo caerá, sin duda.
antibook: el xilofón lo dejó de lado, ahora aparece en plan quimicefa con petróleo, azufre y otras zarandajas...
anónimo: dragó lo pasaría en grande aquí
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