Tomando unas cervezas ayer en El Patio, un acogedor garito en Baruta, me comentó un amigo venezolano que a Caracas la conocen ya como Silicon Valley 2. Tal es la cantidad de implantes mamarios que se realizan en la ciudad, con cirujanos de reconocido prestigio internacional. Muchas latinoamericanas (casos de latinoamericanos se conocen pocos) vienen a Caracas a operarse los pechos. Parece ser que, sin embargo, para cuestiones de odontología el destino más reconocido es Colombia. Especialmente Bogotá. Estas cuestiones de especialización médica no dejan de sorprenderme, y siempre me da por pensar que reflejan de un modo u otro la idiosincrasia de cada país. Dientes en Colombia, tetas en Venezuela.
El otro día salía de casa (mi última okupación de lujo) con mi jugito de todas las mañanas cuando me sorprendí al ver a una mulata colocando/mostrando/valorando el pecho recién adquirido como quien se prueba unos zapatos nuevos. Sus amigas asentían con seriedad.
Por quedarme mirando, casi me atropellan. Y es que aquí las señales de tráfico son un adorno vacío de significado, y las normas de tráfico un algoritmo ininteligible.
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