jueves, 1 de febrero de 2007

Caracas, un miércoles noche

Empezamos la noche en el Centro Cultural de Chacao, versión venezolana de La Casa Encendida o el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB). Gafas de pasta y cuellos estirados. (Yo tengo ahora gafas de pasta, cuello estirado de momento no). Absolut, inmune a la revolución nacionalizadora, patrocinaba el evento. Vodka gratis. Un policía protegía la barra de la masa moderna/sedienta.

Seguimos en un taberna de escenografía castiza. Cerveza fría y aire acondicionado gélido. (El aire acondicionado siempre es gélido en Venezuela) Preguntamos si pueden bajarlo. La respuesta es la cotidiana: está estropeada. ¿Y no podrían apagarla? (la conversación entre vahos). "No, chamo, hay que estar fresquito".

Después un garito de hip-hop criollo. Había una chica con una pelota en la cabeza. Se pasó una hora con la pelota en la cabeza. Al final, lógicamente, se cayó. (Newton es mucho Newton). Con naturalidad, se la volvió a colocar. Me quedé con ganas de preguntarle qué coño signficaba el numerito de la pelota. Misterio sin resolver.

Para finalizar, El Sarao: un local de salsa y merengue en los bajos de un centro comercial. (Aquí los centros comerciales son la referencia para todo: la brújula social). Al entrar, el consabido cacheo. Entramos, por tanto, desarmados. Una orquesta más que decente calentaba el ambiente. La pista de baile, un espectáculo fascinante. Bailan con una sencillez y una elegancia que desconcierta. En la televisión (en los múltiples televisores), un partido en vivo de la NBA: San Antonio Spurs contra Utah Jazz. Buen partido. Pero lo asombroso era la pista de baile. Nadie miraba la televisión, claro está. Faltaría más.

PD - Tengo, por fin, casa.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

hola vamos a viajar a venenzuela este sabado todo el mundo me pide que lleve ron me puedes decir el precio en bolivares/euro de uno bueno?
gracias
madegrafic@gmail.com

Pili dijo...

Todavía no tienes pistola? Poco aclimatado te veo... Jajaja! A cuidarse... No sabes la envidia que me dan tus fotos, con ese solito...