¡Buenos días... Our first time in Vinisuealahhg!
Así comenzó Lemmy su primer concierto en Caracas, encabezando a Motorhëad, a las 9 de la noche. Ante los teléfonos celulares de miles de peludos con la cara desencajada. Una descarga de rock en estado bruto, sin pulir. Recién sacado a martillazos de la cantera. Unos miles de enfervorecidos heavies caraqueños echaban sus brazos en alto o se rascaban la pernera como posesos emulando los riffs del bajista británico. Todos vestidos de negro y con las melenas al viento. La batalla campal de las primeras filas fue un espectáculo fascinante: algo así como una manada de búfalos en un combate repleto de hormonas desatadas. Hubo heridos y contusionados. Y tanta emoción, o más, que en el concierto de David Bisbal. Al que también asistí. Patrullas de policía y Guardia Nacional rondaban por el lugar. La policía llevaba unos sables muy parecidos a los de Sandokán. ¡Sables! Y es que uno, en cuanto ve a la policía, comienza a sentir inseguridad.
Al ir al toilette, la conocida y guitarrera micción, escucho en los cuartos un estruendo sólo comparable al retumbar del doble bombo de la batería de Motorhëad interpretando "In the name of cretiny". Obvio: los heavies también hacen de vientre, y cuando llevan más de una veintena de cervezas, la cosa tiene que salir por algún lado. El que meaba, de pie, a mi lado se descojonaba: ¡Mal momento, chamo, para sentarse en el trono! Y volvía la descarga...
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1 comentario:
¿Bisbal se ha dejado bigote?
Emiliuken
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