miércoles, 13 de junio de 2007

El regreso del caniche

Ahí sigue, fiel y leal a la causa, el caniche chavista: rosa rosita. Me lo encontré en la manifestació hace un par de semanas. Un sábado, a media mañana. Apenas ladra, pero tiene una mirada que denota un cierto cansancio, una fatiga indefinida. Siempre va en brazos de su ama, la responsable del tinte. Es uno de esos perros a los que sus congéneres calificarían de pequeño-burgueses: no camina, vive entre los pechos abultados de su propietaria. Sube, baja, cambia de hombro, de pecho. Pero jamás camina.

Seguí a la extraña pareja un buen rato, mirando fijamente a los ojos del caniche, buscando algo en su mirada. Silencio perruno, ni siquiera un ladrido. En un momento de desesperación, llegué a pensar que se trataba de un muñeco de trapo. Al poco, se movió. Apenas unos centímetros, pero se movió. El caniche chavista está vivo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

God save the caniche chavista!

Anónimo dijo...

"no camina, vive entre los pechos abultados de su propietaria. Sube, baja, cambia de hombro, de pecho. Pero jamás camina."

No parece una mala filosofía de vida.

Emiliuken

Anónimo dijo...

a mi me recuerda a esproket, el perro de los frguel pero con uños de mas y con nuevo look. Esas coincidencias son cojonudas, seguro que te lo sigues encontrando, es tu sino.
El pdf con las fotiños esta a punto este finde te lo mando. Domingo aliron, en basket alironnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnn

Anónimo dijo...

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