A pedir facturas. Ese es el objetivo del Seniat: Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria. Aquí no pagaban impuestos ni los empleados de Hacienda, así que hay todo un despliegue de cartelería y diseño didáctico por el país. En las calles de las grandes ciudades (Caracas, Puerto Ordaz, Valencia, Maracaibo) se ven muchos locales con un gran cartelón blanco que anuncia su cierre temporal por el "no pago de impuestos": desde McDonald´s a bares de copas y cines. Es un esfuerzo realmente encomiable dado el nivel de choteo y cachondeo fiscal del país.
Además, se ha bajado el IVA del 14% al 9% (aunque a mí en la playa el otro día, el camarero venezolano se me hacía el sueco). El Gobierno intenta así, por un lado, aumentar la pírrica recaudación de impuestos para paliar el enorme gasto público que corre a cuenta del subsuelo petrolero venezolano y, por otro, contener una inflación que vuela libre. El año pasado fue del 20% (la oficial, aquí siempre hay dos verdades), y este año se espera que quede en un 14% (aunque ya vamos por el 8% acumulado, y faltan el verano y las navidades, tradicionales festines consumistas del gran consumista que es el venezolano).
Chávez volvió de su gira de colegueo por Rusia, Bielorrusia e Irán. Estuvo cinco horas hablando y dedicó más de media hora a leer una novela rusa, en la edición española de Bruguera, que le había emocionado: "Don Apacible" de Mijaíl A. Shólojov (1905-1984), premio Stalin 1941. Mañana en todas las librerías venezolanas.
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