martes, 31 de julio de 2007

Sabana Grande

El Boulevard de Sabana Grande, en Caracas, antes se llamaba avenida Abraham Lincoln. Es una amplia avenida peatonal que conecta Plaza Venezuela con Chacaíto. Hace un año, me cuentan, era un enjambre de buhoneros (vendedores ambulantes) que acechaban a los transeúntes. Los robos eran el pan de cada día, y muchos caraqueños optaron por eliminar de sur rutina semanal el paseo familiar por el boulevard. Ahora ha cambiado, me dicen. Se pasea con tranquilidad, el bullicioso ambiente atrae a saltimbanquis, titiriteros y artistas del hambre, y hay animadas partidas de ajedrez en las que los contendientes acaban dormidos poco antes del primer jaque. Hace calor y las cervezas de las numerosas tascas y areperas están bien frías. Centenares de comercios incitan al paseante con sus llamativos colores y rotulaciones. Es difícil no entrar en alguno. Los nombres de los negocios son delirantes. Dos ejemplos: Una zapatería vende su calzado como "Gasolina Colombiana". Y una compañía de seguros, premio a la sutileza, atrae al cliente bajo el nombre de Seguros La Seguridad. La redundancia como reclamo publicitario. Un par de veces a la semana recorro el boulevard, ahora ordenado gracias a la labor de Freddy Bernal, alcalde chavista del municipio el Libertador. Los policías armados nos protegen. Subfusiles y calibres 39 velan por nuestra seguridad. A última hora de la tarde, sobre las seis, la luz se vuelve azulada y se disfruta de uno de esos grandes placeres, por lo raro, que acontecen en Caracas. Caminar, a pie.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

"Caminar, a pie". Es como Seguros la Seguridad, Fonete, a no ser que tengas un secreto oculto y puedas andar de otro modo porque se te conozca como "trípode"...
Abrazos desde Fráncfort
Óscar

fon dijo...

Jeje, Óscar. Lo sé, soy ya uno más. Pero aquí hay gente que te juraría que se puede caminar sin pies... Cuida francfort, y dile a trichet que no suba los tipos, coño, que tengo ya amigos hipotecarios...

Anónimo dijo...

Pues lamento comunicarte que subirán todavía y en diciembre estarán en el 4,5 por ciento los tipos. Qué tipo, el Trichet. Un día fui a una historia y me dio la mano... dudé si lavarme la mano o no... más que nada por si la maldad del banquero es contagiosa. Afortunadamente, hoy hace sol, después de un mes y medio de mal tiempo, con frío y lluvia. Voy a darme una vuelta en bici, que no me acuerdo cómo es la ciudad con luz!!
Abrazos
Óscar