miércoles, 14 de marzo de 2007

Pabellón criollo


Este es el desayuno oficial venezolano: frijoles, carne mechada, huevos fritos, arepas y tajada (banana frita). A mi la tajada no me gusta especialmente, demasiado dulce, pero el resto es una delicia. Bocado contudente para comenzar el día. De acompañamiento, un exquisito jugo de parchita. Todo ello en Puerto Ordaz, corazón industrial de la zona oriental de Venezuela. Y en la que se unen los ríos Orinoco y Caroní en una confluencia animal.

La política venezolana es un tiovivo arrollador, a su lado la española, parece un juego de niños resabiados. Aquí se habla de golpes de estado, magnicidios y asambleas constituyentes con una naturalida pasmosa. Como dice Alejo Carpentier en su novela Los pasos perdidos, "aquí siempre tenemos un zafarrancho en la reserva". La novela, sobre la Gran Sabana y el Alto Orinoco, sólo me gusta a ratos. Es engolada como sólo puede serlo un cubano atiborrado de leche merengada.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

muchas gracias Fon¡¡¡
te leo siempre¡¡¡
sorprendente todo ...
disfruta

Anónimo dijo...

Los pasos perdidos, a ratos me gustó muchísimo. Pero me gustó más El siglo de las luces.
Y hablando de gozos: Guti, en plan, jefe rebelde de Grupo Salvaje me pone últimamente los pelos de escarpias.

E miliuekn