La primera frase en la Florida yanqui, en pleno aeropuerto. Where´s the Abuela?. Y partir de ahí una desconcertante mezcla de idiomas, lo más parecido a una babel contemporánea en calzoncillos fosforescentes. Todos inmaculados, paseando por Lincoln Road como si en cada baldosa hubiese un cámara de televisión. Y en cada cocktail, un espejo. La ciudad es tan desinhibidamente hortera que me parece admirable. El calor es aplatanador y los cielos de azul límpido, de cristal.
Desde la piscina del 1900 Sunset Harbour, donde nos alojamos, veíamos las islas de los famosos. Mansiones de estilo televisivo con un yate en su muelle privado. Varias motos acuáticas surcaban la bahía, mientras nos zambullíamos en las aguas de Miami Beach. La temperatura del agua era superior a la temperatura ambiente. Por lo que uno se sumergía volver al calor sobre la arena, ahora convertido en relativo frescor. Miami Beach, como casi todo en Miami, no es tal. Sobre un piso de hormigón, lanzaron una arena blanca y fina, que masajea las plantas de los pies con sofisticación. Y lo llamaron playa, porque había agua en frente y el tipo que lo bautizó iba en bañador.
Todo el mundo va en carro en Miami: no hay aceras porque nadie pasea. Y desde el avión es asombrosamente cuadriculada. Está bien pensada, me decían, porque tuvieron tiempo para pensarla: Miami la crearon los cubanos que llegaron a los Estados Unidos de Jefferson y Washington en la década de los cincuenta. Hasta entonces: agua, caimanes, sol y huracanes. "Miami es de los cubanos, chamo", me cuenta un venezolano de Miami mientras me adelanta en bicicleta. Y se va silbando.
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4 comentarios:
¿todavía visten con americanas blancas? Como Sonny Crocket
Sonny Crocket es Miami lo que Simón Bolívar a Venezuela...
Nunca podré olvidar el monográfico que dedicamos a Miami. Mi jefa en estado puro. Con todo, un buen sitio para lebowskyarse durante una temporada.
Y Pepe?, que me dices de Pepe?
Emiliuken
Emiliuken, un matiz: una temporadita, no más.
Que los centrales vuelvan a los nombres castizos es todo un detalle, aunque vengan de Portugal. Sin embrago, tras las recientes declaraciones del ínclito Sara-Mago, todo puede ser...
Por cierto, ¿venís o no venís?
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