lunes, 26 de marzo de 2007

¡Eureka!

Conduciendo a lomos del twingo amarillo cruzamos el segundo puente sobre el río Orinoco, u "Orinoquia", como fue bautizado por el ínclito Hugo Chávez en noviembre de 2006. Infraestructura fundamental para la conexión del sur y el norte de Venezuela, y foto fija en cualquier álbum de logros bolivarianos, tiene una longitud de 3.156 metros. Se encuentra en Ciudad Guayana, a un centenar de kilómetros del primer puente sobre el río Orinoco, el de Angostura, en Ciudad Bolívar.

La obra fue llevada a cabo en cuatro años por las empresas CVG (venezolana) y Odebrecht (brasileña) y supone la gran arteria de enlace entre las industrias de sur-oriente (aluminio, oro, petroléo) y el norte del país. Desde Ciudad Guayana se despachan muchos envíos por tansporte fluvial rumbo al delta del Orinoco, aunque la pasada semana el tránsito fue cortado debido al encallamiento de un barco de bandera de Singapur. El motivo: la gente roba, para uso doméstico, los generadores que iluminan las señales de calado y acercamiento. Sin electricidad la señal, lógicamente, se apagó, y el barco, ciego, encalló. Tardaron 8 días en ponerlo de nuevo en circulación. En los periódicos apenas un breve. En cambio, la gira de Bush por Lationamérica, se cubrió con pulcritud y desvelo por los medios.

En Tucacas, el Caribe, donde me he sacado el título de buceo internacional, vi a uno de esos raros especímenes que pensé que sólo existían en los libros, y no fue bajo el agua: el orondo chavista con camiseta del comandante, gorra con la conocida foto de Korda del Ché, chaqueta del cavallino rampante de Ferrari y que discute agriamente con un camarero la calidad de la langosta que ha encargado. ¡Eureka, me dije, existen!

2 comentarios:

Sergio dijo...

Excelente post, de los que me gustan a mí de grandes obras y logros revolucionarios. Siga así,

fon dijo...

Sergio: Sabía yo que éste te iba a gustar, el próximo de infraestructuras te lo dedico. Por cierto, fui al Centro Asturiano de Caracas hace una semana, pedí unas fabes y me cagué en su puta madre, menudos bribones... Las peores que he probado en mi vida: ya no hay respeto, ni siquiera por los símbolos de la patria...