Ayer me disponía a comprar el boleto para viajar a Bogotá, con motivo de una boda vasco-danesa-colombiana. Todo perfecto, hasta el momento del pago con mi tarjeta de débito venezolana. Era el último día del mes, 28 de febrero. Pues bien, como todo el mundo sabe, menos yo, los últimos días de mes las tarjetas de banco no funcionan en Venezuela. "Los bancos están cansados, cierran sus servicios y se dedican a contar el dinero". Explicación prístina, mueca sarcástica. Hoy a primera hora he pasado por la agencia (se llama Trotamundos) y he pagado. "Se han despertado contentos los bancos", me dicen. Esto de considerar a los bancos como niños de teta me parece una violenta ironía.
En la noche acudí al Centro Catalá a un cumpleaños. Música: Deep Purple, Rolling Stones. Vino: Tempranillo de Navarra. Comida: chistorra, camarones y ceviche. Una placa de 1983, inaugurada por no sé quien, rezaba una cita del ínclito Simón Bolívar: "Ojalá los pueblos de Sudamérica tuvieran el mismo sentimiento nacionalista de los catalanes". El Centro Catalá es una maravilla, en las faldas del Monte Ávila, con Caracas a sus pies.
En una conversación con una chica que trabaja para Unicef en Puerto Ayacucho, capital del estado de Amazonas, se quejaba amargamente acerca de las dificultades para acceder a comunidades del Alto Orinoco, en la selva. 10 días de viaje remontando ríos, para explicar medidas de prevención de la malaria, y al llegar al pueblo se encontraban con que todo el mundo tenía coca-cola y camisetas y franelas rojas de Chávez. "Los microscopios (imprescindibles para detectar la enfermedad en sus primeras fases) nunca llegan. Las camisetas y la coca-cola, en cambio, nunca faltan". Otro de los problemas, me decía, es la dificultad para explicarles a los indígenas la ncesidad de tomarse las medicinas tres veces al día. "El tiempo, para ellos, funciona de otro modo. No conciben las tres de la tarde, por ejemplo. Es algo demasiado rígido".
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
ole papa. las cosas con zp se etsan poniendo de lo mas curiosas. Hoy acaban de conceder la libertad a un etarra que segun mi poca inteligencia debía haber pasado una vida entera entre rejas. menos mal que nos queda el futboly los botellazos que propinan los aficionados del betis a los entrenadores del sevilla.
Se casa el gran Erik, por lo que deduzco. Transmítele mi felicitación más sincera, si es que se acuerda de mí. Suerte con el viaje.
Sergio: efectivamente, Erik pasará a ser marido y esposo. Y allí estará un servidor, paseando por Bogotá, en un mes. Le transmitiré tu felicitación.
Roberto: Jooven amiigo, el fútbol nos salvará de la mediocridad. Incluso ayer en una cena se debatió el tema de De Juana. Salud!
Publicar un comentario